Descripción
Bajó Aladino a la cueva, recogió la lámpara y al intentar subir no halló la salida. Angustiado llamaba: ―¡Tío, por favor, ábreme! … Pero un día un sirviente despistado vendió a un buhonero la maravillosa lámpara de su señor, sin saber que el buhonero era el mago malo que había encerrado a Aladino .¡Los cuentos clásicos cobran vida con música y sonidos!
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